El lavado de manos es importante, ya que permite prevenir enfermedades y la propagación de infecciones a otras personas.
Hay momentos donde el lavado de manos es fundamental: antes de comer o preparar alimentos, antes de tocarnos el rostro, los ojos, la nariz y la boca; y después de tocar superficies, salir a lugares públicos, sonarse la nariz o tocar animales o mascotas, entre otros.
Humedece tus manos con agua.
Aplica suficiente jabón para cubrir toda la superficie de la mano.
Frota las manos, palma contra palma.
Frota la palma derecha contra el dorso de la mano izquierda, entrelazando los dedos, y luego frota la palma izquierda contra el dorso de la mano derecha, entrelazando los dedos.
Después frota palma contra palma, entrelazando los dedos.
Frota los dedos con la palma de la mano contraria.
Envuelve el dedo pulgar de la mano izquierda con la palma de la mano derecha, y frótalo. Luego, haz lo mismo, con el pulgar de la mano derecha.
Con la punta de los dedos de la mano derecha, frota circularmente la palma de la mano izquierda. Luego, haz lo mismo, con la palma derecha.
Enjuaga tus manos con agua.
Seca cuidadosamente con una toalla de papel desechable.
Usa la misma toalla para cerrar la llave.
¡Listo! Tus manos ya están limpias.