La emprendedora del puerto salitrero, Jacqueline Díaz, se ha convertido en una mujer destacada por su innovación, produciendo helados que son un paso obligado en verano.
La perseverancia es una palabra que conoce bien Jacqueline Diaz. Sus ganas de salir adelante la han hecho buscar diferentes tipos de negocio para generar ingresos para su familia. Su anterior intento fue instalar un vivero para la venta de diversas especies de plantas en su hogar lo que, finalmente, no resultó de la forma que ella esperaba.
Sin embargo, las ganas por emprender la hicieron innovar en el rubro de la alimentación. Fue en ese momento donde recordó su niñez y de los helados de Kefir o más conocido como "yogurt de pajaritos", que con tanto cariño le preparaba su abuela en las tardes de verano.
Ese recuerdo, fue su idea inicial de negocio con la que postuló al programa Yo Emprendo del FOSIS. "El producto es un helado a base de probiótico que se hace con leche kefirada y va con fruta de temporada, no tiene aditivo. Es un producto saludable que lo pueden consumir las personas que tienen intolerancia a la lactosa", argumenta Jacqueline.
Pero más allá de la buena idea de producir helados probióticos y conseguir el financiamiento para ello, Jacqueline reconoce que los talleres en los que participó fueron de gran ayuda para el desarrollo del emprendimiento. "El proceso fue bien amigable, bien bueno. Nos hicieron unos talleres muy buenos, que nos enseñaron a sacar costos fijos, costos variables, todo para emprender y sacar los costos de los productos que nosotros íbamos a producir".
Con el financiamiento del FOSIS, Jacqueline desarrolló su idea de negocio, compró un refrigerador para mantener sus productos, una máquina para hacer helados y una licuadora. Así nació "Búlgaros Ice Cream", el emprendimiento que encanta a los tocopillanos, sobre todo con las altas temperaturas del norte de Chile. Por el momento, vende desde su hogar y a través de redes sociales.
Pero para Jacqueline esto sigue, pues el futuro lo avizora en grande. "Mi sueño es tener una heladería a base de probióticos y también vender todos los productos que sean probióticos que son muchos. Y más ahora que está todo en boga porque la gente se está cuidando más, están usando productos más naturales".
Para Jacqueline, el FOSIS fue una buena experiencia porque "ayuda adquirir las herramientas que uno muchas veces no tiene el dinero para costearlo y también te hacen talleres y te guían como salir adelante. Es muy recomendable".
Estos últimos meses, la creadora de los helados probióticos, se ha instalado en los paladares de los tocopillanos para las tardes calurosas de verano con sus productos que envuelven de nostalgia y encantan a la comunidad.
Por Aníbal Zamorano.